🎃 Historia de terror de una línea 🎃

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    ¿Lo mejor de la noche de brujas? Las historias de fantasmas. 👻

    Esto necesita mucha participación de los miembros de la comunidad, ya que se convertirá en una historia que vosotros contaréis....

    La idea es que yo os daré el fondo/comienzo de la historia, luego alguien sigue con otra frase para añadir a la historia, y alguien más etc etc.

    Recordad amigos, que se trata de Halloween , así que podéis ser tan terroríficos como queráis:

    Espero que muchos nos ayuden a contar esta historia... 👻

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    Y así comienza... 👻

    En un pequeño pueblo de Granada, se cuenta que pasan cosas raras... durante los meses invernales, la gente desaparece sin dejar rastros y la policía local investiga poco o nada. Si alguien pregunta demasiado, también desaparece.

    Hay leyendas en la zona que dicen que en un bosque cercano, un grupo de brujas aún vive en la oscuridad, allí donde los árboles son más densos y donde los rayos de sol no logran tocar las hojas muertas en la tierra.

    A este pueblo se mudó la familia Heredia. Provenientes de Madrid y deseosos de dejar atrás la agitada vida de la capital, los padres de la familia compraron una casa muy amplia, con un enorme patio de cara a un prado cercano y no muy lejos del bosque del pueblo. El vecino más cercano, se encontraba a un kilómetro, una pequeña granja de la zona, algo que le encantó a los padres, que querían paz y silencio.

    Los tres hijos de la familia, Mateo, Ana y Lucas, son muy parecidos físicamente pero muy diferentes en personalidad.

    Mientras Mateo, el mayor con quince años, se le dificulta hacer amigos porque es muy callado y taciturno, a Ana de doce, no le cuesta en lo absoluto, gracias a que es risueña y locuaz, con una inteligencia despierta. Mientras tanto Lucas, bajito y curioso, de solo 7 años, siempre se está metiendo en problemas justamente por su curiosidad innata.

    Mateo, el confiable. Ana, la brillante. Lucas, el inocente.

    Los tres estaban muy contentos con la mudanza, ya que tenían mucho espacio y sus propias habitaciones y a pesar de que extrañaban Madrid, la gente del pueblo los había recibido con los brazos abiertos. Sin embargo, esa paz no iba a durar mucho....

    Pronto se percataron de que su casa, tan luminosa y apacible durante el día, en las noches era un sitio completamente diferente. Las viejas escaleras de madera crujían sin que nadie las pisara, se escuchaban susurros en los corredores y ocasionalmente, Lucas decía que escuchaba gritos desesperados provenientes del bosque.

    Mateo, preocupado por su hermano menor, le comentó lo que pasaba a sus padres.

    "Debe ser el viento" - dijo la madre. "Las casas antiguas como estas siempre hacen ruido".

    "¿Pero y los gritos?" - preguntó Ana, que también los había escuchado, pero no había dicho nada por temor a la burla.

    "Quizás son los animales del bosque..." replicó el padre, encogiéndose de hombres. "Por cierto, hoy que es Día de los Muertos, a los adultos del pueblo nos han invitado a una fiesta en la plaza mayor de la ciudad. ¿Estaréis bien solos? Os dejaré dinero para una pizza".

    "¿No podemos ir?" - preguntó Mateo, extrañado. "Siempre podemos ir a las ferias del pueblo".

    "Esta vez no" - respondió la madre. "Lo sentimos chicos. Nos dijeron que solo pueden asistir adultos. Pero mañana, podemos hacer algo que os guste".

    Al caer noche, los padres dejaron la casa, camino a la fiesta. Mateo decidió echarse una partida de Outlast, mientras Ana se refugió en uno de sus libros. Lucas, sin embargo, no podía quedarse quieto y miraba constantemente a través de la ventana del comedor, hacía el bosque.

    De repente y sin decirle nada a sus hermanos, que se encontraban con él en la planta baja, Lucas comenzó a caminar hacia la puerta que daba acceso al oscuro patio. Al pisar el césped. la luna le dio de lleno en la cara. Como bajo un hechizo, comenzó a caminar hacia el prado, en dirección al bosque.

    Ana, levantó la mirada de su libro justo a tiempo, para darle un codazo a Mateo y decirle: "¿Pero qué le ha picado a este?"

    ¡Lucas!!!! - gritó Mateo, pero el pequeño parecía no escucharle...

    👻
    Última edición por LilySensei; 13/10/2022 a las 10:16
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  • Avatar de galadrielmt
    Level 31
    Los dos hermanos se miraron alarmados y sin dudarlo salieron tras Lucas. Cuando alcanzaron el prado, caminando deprisa para no perder a Lucas de vista, abrieron la boca perplejos ; su hermano menor ya estaba al otro lado del prado, bastante mas lejos de lo que esperaban, y parecia caminar tan despacio como siempre. Y los hermanos se percataron con horror que el pequeno se hallaba justo frente a la primera linea de arboles retorcidos, del bosque. Lucas dio un paso al frente, sin titubear.

    Sin dudar un segundo, Mateo echo a correr tras el, con Ana pisandole los talones. Aquel bosque les daba muy mala espina desde que vivian en el pueblo, pero ver a su hermanito adentrandose en sus oscuras profundidades sin hacer caso a sus llamados preocupados asusto a ambos. Mateo, en su adolescencia, era bastante mas alto que los otros dos y mas pronto que tarde, alcanzo a Lucas antes que la penumbra de los arboles lo tragara.

    " Lucas, que rayos...?" empezo a preguntar el, bajando para quedar a la altura del pequeno, pero al verlo, las palabras quedaron atascadas en su garganta. La cara de Lucas estaba mortalmente palida, sin expresion. Pero fueron sus ojos, completamente nublados y blancos como la luna lo que mas lo asusto; todo rastro de ese azul bonito, tan caracteristico en su familia, habia desaparecido de los ojos de su hermano.

    Ana los alcanzo unos segundos despues, ahogando un grito al ver la cara de Lucas. Ella lo zarandeo y llamo su nombre, sin recibir respuesta alguna. Y antes de que los hermanos pudieran hablar, un alarido desgarrador rompio el silencio de la noche, erizandoles los cabellos. Y una vez que el sonido se desvanecio, se hizo audible uno nuevo. Los hermanos Heredia escucharon pasos, pesados y, crujientes?, de un ser gigantesco que se acercaba. Y en ese momento, los rayos palidos de la luna se colaron entre las retorcidas ramas de esos arboles siniestros, iluminando al ser.

    Era una creatura altisima, cuyas larguisimas extremidades crujian como la madera vieja, y cuyas manos terminaban en garras enormes, cubiertas de tronco y musgo. Sobre su cabeza, una capucha oscura cubria su rostro, y sobre la capucha de la cosa, se hallaban los huesos enormes, amarillentos y antigüos de un ciervo cornudo y en su cuello cargaba un macabro adorno, que parecia estar hecho de pequenos craneos humanos. Y el bicho gigante los miraba, directamente a ellos, con sus ojos sin cuenca, oscuros como un pozo sin fondo. Mateo se echo a Lucas al hombro y tomando con su mano libre el brazo de la paralizada Ana corrio en direccion al prado, fuera de ese bosque espantoso, sin mirar atras.


    espero no sea muy largo y no les aburra, perdonen los errores de ortografia, me faltan algunas letras y acentos en el teclado de mi compu😅
  • Avatar de CB84
    Level 28
    @galadrielmt qué talento chica!

    Este... Yo no tengo dotes de escritor, pero me gustó el juego así que aquí voy con mi línea:

    "El monstruo pareció indeciso por un segundo, al parecer sin saber si ir detrás de Ana o los chicos, pero a último minuto decidió irse detrás de Ana, dando largas zancadas"

  • Avatar de LilySensei
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    @CB84 ¡¡sigo yo!

    "Al verlo, Ana intento correr más rápido, sin embargo, el monstruo era demasiado rápido. Pronto la alcanzó, extendió un brazo peludo y..."
    @NeoDFL @rickitiyo @eljjota @Inyeon, @YeiCov, @Blackgem, @Beocrulft, @j7schultz, @ayudemos a que siga la historia, @galadrielmt hizo un esfuerzo enorme y aún nos queda mucho tiempo par acabarla. Puede ser más o menos terrorífica, vosotros hacéis la diferencia😊
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  • Avatar de Inyeon
    Level 47
    y araño su brazo dejándole una extraña marca" Ana se paró en seco, y con una sonrisa maléfica en su rostro emprendió la vuelta a casa.

    Mientras tanto, en la plaza del pueblo, Marta y Roberto Heredia disfrutaban de una comilona con todos los vecinos del pueblo, sentados en una larga y bonita mesa con un suculento festín.

    "Disfrutad, podéis comer todo lo que deseéis" - clamó la alcaldesa del pueblo a los nuevos habitantes.

    (De repente, una persona al otro lado de la mesa empezó a hacer algunos alaridos y a exclamar frases mientras se lo llevaban de allí)

    "¿Los habéis dejado solos? ...necios" (se escuchó en voz alta) ..."iremos todos al infierno ¿me oís? Este pueblo está condenado" (se escuchó en la lejanía de una forma más tenue)

    "No le hagáis caso, es Juan, el borracho del pueblo" - dijo la alcaldesa volviendo a coger la palabra.

    "Por un momento pensé que se dirigía a nosotros, parecía muy angustiado" - dijo Marta.

    "Tranquila cariño, habrá bebido de más" - contestó Roberto para calmar a su esposa.

    A unos diez kilómetros, cerca del bosque que lindaba con la propiedad recientemente adquirida por los Heredia, Mateo, que corrió en dirección opuesta a la de Ana mientras cargaba a Lucas sobre su hombro, tropezó y cayó por una ladera junto a su hermano, no era muy empinada, pero si estaba llena de zarzas, lo que les provocó magulladuras mientras seguían descendiendo hacia el final de la ladera, donde unas piedras los dejaron inconscientes.

    (Dos horas más tarde empezó a amanecer y la luna desapareció...)

    Lucas despertó dolorido y contrariado, su rostro parecía ser el de siempre (avistó a Mateo y fue a preocuparse por su estado.

    "¡Mateo despierta!"- grito Lucas.

    (Mateo pudo reincorporarse, no sin dolor) "Auch...¡Lucas! ¿Estás bien?" ¿Que te paso? - dijo Mateo).

    "Esperaba que me lo dijeses tú ¿Por qué estamos en el bosque? me duele todo el cuerpo" - replicó Lucas.

    "Vamos, te lo explicaré cuando lleguemos a casa" - dijo Mateo preocupado por si Ana logró escapar y por lo que vió anoche.

  • Avatar de rickitiyo
    Level 21
    De camino a casa, Mateo y Lucas se toparon con sus padres. Al parecer, la fiesta se alargó mucho más de la cuenta por culpa de una banda local que tocaba hits clásicos que parecían no pasar de moda nunca, aunque el nivel de la banda merecía la sorna de varios vecinos del pueblo, especialmente cuanto más borrachos estaban, quienes gritaban "No pasariais ni la primera ronda de Operación Triunfo", "Estáis haciendo playback y aún así tocáis mal", "BUUUUUUUUU". Mateo y Roberto no quisieron marcharse antes que se marcharan los últimos vecinos para no ser objeto de burla o desprecio por ser los nuevos.

    Marta y Roberto se sobresaltaron al ver a Mateo y Lucas fuera de casa, a esas horas, y con las ropas destripadas: "Hijos! Qué os ha pasado? Estáis bien? Qué hacéis aquí?" Cada uno abrazó a un hijo.

    Lucas fue el primero en hablar: "Mamá, papá, hemos visto un monstruo!". Lucas temblaba.

    Marta contestó: "Un monstruo? No sería alguien disfrazado? ..."

    Roberto interrumpió a Marta: "Dónde está Ana?"

    Mateo al fin habló: "No... no sabemos... corría hacía casa cuando nos atacó el monstruo... nos... nos tropezamos y nos caímos... nos hemos despertado ahora..."

    Roberto no daba crédito. Gritó: "Tenemos que ir a buscar a Ana!!"

    Los cuatro empezaron a correr por un camino. Todavía les quedaba más de medio kilómetro por recorrer para llegar a casa cuando apareció un maltrecho camión en sentido contrario con una carrocería pintada de negro y con varios trozos de metal soldados en su parte frontal. Los trozos de metal estaban deformados y tenían trozos de tinte rojo.
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    @rickitiyo @Inyeon no sé a que os dedicáis, pero se os da lo de escribir bien chicos.

    "Al ver el extraño camión, todos se detuvieron en seco, al mismo tiempo que el camión frenaba.

    ¿Pero qué demonios...? murmuró Mateo...

    Un hombre anormalmente alto y delgado, con pinta de enterrador y vestido todo de negro, se bajó del vehículo. Apenas podían verle el rostro, que se encontraba cubierto casi en su totalidad por una mata de cabello negro grasiento. Fumaba un cigarillo. Al acercarse, pudieron ver que sus ojos eran verdes, pero no un verde de días de primavera, pero un verde que recordaba a algo venenoso.

    ¿Sois la familia de Ana? preguntó el extraño."
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  • Avatar de LilySensei
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    @rickitiyo @Inyeon no sé a que os dedicáis, pero se os da lo de escribir bien chicos.

    "Al ver el extraño camión, todos se detuvieron en seco, al mismo tiempo que el camión frenaba.

    ¿Pero qué demonios...? murmuró Mateo...

    Un hombre anormalmente alto y delgado, con pinta de enterrador y vestido todo de negro, se bajó del vehículo. Apenas podían verle el rostro, que se encontraba cubierto casi en su totalidad por una mata de cabello negro grasiento. Fumaba un cigarillo. Al acercarse, pudieron ver que sus ojos eran verdes, pero no un verde de días de primavera, pero un verde que recordaba a algo venenoso.

    ¿Sois la familia de Ana? preguntó el extraño."
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  • Avatar de Inyeon
    Level 47
    "Sí, es mi hija ¿de qué la conoce? -exclamó Marta.

    "No la conozco, pero la conoceré pronto" - dijo el hombre.

    De repente, el hombre se giro hacia Mateo quien con una expresión de miedo le apartó la mirada. Él lo agarró de la camiseta y tras zarandearlo durante unos segundos lo estampó contra la enorme rueda del camión.

    "¡Ey, suéltelo! ¿está loco?" - gritó Roberto.

    "Contesta niño, y más te vale decir la verdad, ¿la ha marcado? - le susurró el hombre.

    "¿A quién, qué dice?" - replicó Mateo

    "¡¡¡A tu hermana, maldita sea!!!" - grito de una forma agitada el hombre.

    "¡No lo sé, Lucas y yo nos separamos de ella tras tropezar, el monstruo la persiguió!" - contestó Mateo de una forma más contundente.

    "..." - el hombre guardó silencio mientras soltaba la camiseta de Mateo, que rápidamente fue a abrazar a su madre.

    "Tenemos poco tiempo...." - dijo el extraño hombre mirando a todos los miembros de la familia.


    (Tres horas antes, en el cementerio del pueblo...)

    En el cementerio, donde aquel hombre anormalmente alto y delgado se encontraba trabajando, se escuchó un estruendo, venía del área más oscura del campo santo, un lugar donde incluso al hombre, (ya acostumbrado a este tipo de sucesos) le horrorizaba la idea de entrar.

    "Será mejor que vaya..." - dijo el hombre mientras posaba su pala en un montículo de tierra.

    Al llegar encontró algo que lo hizo estremecerse y recordar tiempos pasados, algo que ya había vivido en otra ocasión y que decidió olvidar, apareció de nuevo delante de sus ojos. Ante él, cuatro tumbas que adornaban cuatro lápidas muy sucias y mohosas, que producían rechazo con solo verlas, con palabras escritas con sangre en cada una de ellas...

    "Padre de Ana"
    "Madre de Ana"
    "Hermano mayor de Ana"
    "Hermano menor de Ana"

    El hombre se dio la vuelta, salió del cementerio y subió al camión en dirección a la propiedad a la que se habían mudado unos nuevos inquilinos hace días, según escuchó en el pueblo, la casa de la familia Heredia.

    (De vuelta al presente, en la casa de la familia Heredia...)

    - - - Updated - - -

    Por cierto a esto hay que meterle copyright, como se forren a nuestra cuenta va a dolerme, @LilySensei (Paty), @rickitiyo, @CB84, @galadrielmt.
  • Avatar de rickitiyo
    Level 21
    Ana despertó en su cama. Con los ojos aún medio cerrados intentó agarrar el reloj-despertador para mirar la hora que era. Tardó varios segundos hasta palpar algo que parecía el reloj-despertador en su mesita de noche. No logró rodearlo con su mano y el reloj-despertador acabó precipitándose desde la mesita de noche. Los setenta centímetros de altura fueron suficientes para romper parte del mecanismo de funcionamiento del reloj-despertador. El estruendo del golpe contra el suelo hizo abrir los ojos de Ana completamente y hacer un pequeño sobresalto en su cama.

    "Qué diantres..." dijo mientras se rascaba la frente. Miró por el costado de la cama y se fijó en varios trozos del maltrecho aparato. "Vaya. Qué pereza repararlo... Menos mal que no fue el móvil." Miró en su mesita de noche pero no vio el móvil. "Dónde lo he dejado?"

    La puerta estaba medio abierta, y a pesar de la luz que entraba por la ventana, el pasillo al otro lado de su habitación permanecía sombrío todavía al no llegar a entrar luz de ninguna otra estancia.

    Ana se incorporó y miró en su escritorio. Nada. Miró debajo de las prendas de ropa que había dejado tiradas por el suelo cuando se puso el pijama la noche anterior. Nada. "Pero dónde está el móvil?". En ese momento, tuvo un flash y recordó la excursión nocturna que los tres pequeños Heredia habían hecho la noche anterior. Una sensación fría recorrió todo su cuerpo y se estremeció. Pensó en Lucas y Mateo. "Qué pasó anoche?" pensó Ana.

    Salió de su habitación hacia el pasillo. De camino a las escaleras para bajar a la planta baja estaban, en un mismo lado, las puertas de acceso a la habitación de Mateo y a la habitación principal de sus padres. Entre esta última y la puerta a la habitación de Lucas, al fondo del pasillo, estaba la puerta del baño de invitados. Todas las puertas estaban abiertas. En todas ellas parecía entrar la luz diurna aunque solo un mínimo rayo de luz se colaba en el pasillo, el cual estaba sumamente oscuro. Ana accionó el interruptor de la luz del pasillo pero no consiguió nada: la luz no se encendió. Accionó varias veces más el interruptor sin suerte. O todas las bombillas habían pasado a mejor vida, o no había luz en casa.

    Ana avanzó por el pasillo posando una mano sobre una de las paredes a modo de orientación pues le costaba divisar el camino por la escasa iluminación. Al llegar a la habitación de Mateo se sorprendió al ver que la habitación estaba vacía y con la cama hecha, no era típico de Mateo. Dijo en voz alta: "Mateo? Lucas? Papá? Mamá?" No hubo respuesta. Siguió avanzando de la misma manera para encontrarse la habitación de sus padres en estado similar.

    Ana estaba empezando a tiritar de miedo. Los crujidos de la madera bajo sus pies únicamente reforzaba su sensación de creciente pánico. Cuando estuvo a punto de llegar al baño de invitados oyó caer un objeto metálico en la planta de abajo. Parecía el ruido de un cubierto cuando choca con la vieja encimera. Ana desistió de mirar la habitación de Lucas y empezó a bajar los escalones uno a uno, con su otra mano ahora en la barandilla y agachándose para intentar ver qué o quién había en la planta de abajo cada vez que baja un escalón y conseguía ver un poco más gracias a la luz que entraba por las ventanas del piso inferior. A pesar de que los amplios ventanales estaban sucios, el sol entraba mejor que en las habitaciones debido a la orientación hacia el este que tenía el recibidor y el comedor de la casa.

    Un murmullo creciente comenzó a llenar los oídos de Ana mientras estaba por la mitad de la escalera. Parecía venir de un sótano todavía desconocido para ella. Roberto nunca permitió a sus hijos entrar en él. Ana siguió bajando a pesar de estar atemorizada. Ya en la planta baja, cogió un jarrón que coronaba el recibidor y se dispuso a ir hacia la cocina arma en mano. Nuevamente oyó aquel ruido metálico que segundos antes había helado los huesos de la atemorizada niña.

    A escasos centímetros de la puerta de la cocina, que estaba cerrada, temerosa dijo: "Hola? Hay alguien?". El pánico había agarrotado todo el cuerpo de Ana. Abrió la puerta lentamente mientras miraba por el hueco que ella misma había generado. Al no ver a nadie, siguió avanzando hasta que estaba ya dentro de la cocina. El murmullo aumentaba, pero ahora logró detectar que el murmullo venía del exterior de la cochambrosa vivienda. Empezó a identificar lo que parecían ser voces familiares gritando "Ana". La sensación de proximidad de su familia relajó a Ana, quien emprendió su paso hacia el recibidor nuevamente. Las ya más claras voces todavía se sentían lejanas.

    Fue entonces cuando ya a varios metros de la puerta de la cocina, Ana volvió a oir el ruido metálico. Ana se giró y quedó congelada. La grotesca criatura que acechó a Ana, Mateo y Lucas estaba dentro de la cocina, sentada como si fuera uno más a desayunar en casa, con un halo negro a su alrededor. Se le cayó el jarrón al suelo justo cuando la criatura empezaba a levantarse. El sonido del jarrón despedazándose hizo acelerar el paso a la gente que estaba en el exterior mientras gritaba el nombre de la muchacha. La criatura estaba a punto de llegar a la puerta de la cocina cuando se abrió repentinamente la puerta de la casa detrás de Ana.